top of page

ARTISTA A TIEMPO PARCIAL

  • Foto del escritor: LOLA J. ESPEJO
    LOLA J. ESPEJO
  • 26 mar 2024
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 27 jun 2024

La primera vez que compuse una canción lo hice por pura necesidad. Siempre me ha flipado cantar, pero allá por 2019 me nació una nueva necesidad, escribir mis propias movidas. En ese momento nació mi alter ego, LA PAINS, mi mayor vía de  escape y a la vez mi peor maldición. A continuación os explico lo bonito y lo feo de mi experiencia como artista emergente. Subrayo que es mi experiencia porque obviamente este viaje no es igual para todas las personas que se dediquen de una forma u otra a algo artístico.


Primer plano de la artista LA PAINS en blanco y negro en 35 mm. Fotografia analógica.
LA PAINS. Karlstad, Suecia. 2023. Foto: Dew Ariza

Hace unos meses saqué mi segundo EP, RAICES y acabo de terminar una mini gira por España y estoy experimentando lo que últimamente me gusta llamar el “complejo de Hannah Montana”, ¿Sabéis la canción de The best of both worlds? Yo a veces me siento igual pero al revés, The worst of both worlds. Estoy todo el p*** día trabajando para poder pagarme el hacer música, o grabar un videoclip, o invertir en material nuevo… Y lo que gano no me da ni para cubrir lo que me he gastado en hacer el proyecto (ni de lejos, además). Me ha costado mucho tiempo llamar trabajo a la música, aunque no me gane la vida con ello, pero es que al final es trabajo, de hecho es muchísimo trabajo. Y si lo llamamos así, es muy duro estar deseando acabar de trabajar para poder seguir trabajando, pero es lo que hacemos casi todos los artistas emergentes y a veces la gente no es consciente de ello. 


Primer plano de la artista LA PAINS en blanco y negro en 35 mm. Fotografia analógica.
LA PAINS. Granada. 2022. Foto: Dew Ariza

Muchas veces me pregunto ¿Por quién hago esto? ¿Lo hago para mí o para otra gente? Porque en mi caso, utilizo la música, tanto la mía como la de otros artistas como terapia. Si me levanto triste no voy a escuchar lo mismo que si tengo un día de locos… O si estoy dándome un paseo para despejarme no voy a escuchar lo mismo que arreglándome para salir un finde (aunque ya no me acuerde de lo que es salir). Para mí, con mi música es igual. Si estoy triste necesito hacer música triste para sacarme la depresión, si estoy súper feliz quiero escribir sobre lo que me hace feliz para plasmarlo y recordármelo a mí misma la próxima vez que esté triste. Pero… Si hago esto por mí, a modo de terapia y autoconocimiento, y no con fines estrictamente comerciales, ¿Por qué me importa tanto lo que piensen los demás de lo que hago? ¿Por qué me preocupa que no me escuche nadie?


Obviamente me gustaría vivir de la música y que mi única preocupación fuera experimentar con nuevos instrumentos o estilos y pasarme el día grabando o planeando dónde tocar y esas movidas, pero a la vez no quiero dejar de ser fiel a lo que hago… En mi caso, dejando de lado mi estilo (porque al final para gustos los colores, siempre hay alguien a quien le va a gustar tu estilo, sea el que sea) me encanta escribir en inglés, porque siempre he consumido música en inglés, porque me gusta más como suena mi voz en inglés y porque me parece más melódico, simplemente me sale escribir así, no es algo que me fuerce a hacer. Esto parece ser un problema para mucha gente, en todos los conciertos hay alguien que me dice: “Tía, ojalá cantaras en español para entender lo que dices”, y me parece súper bonito por una parte, entiendo la intención, pero por otra, ¿Tengo que escribir en español cuando no me sale para que la gente me escuche?, ¿Tengo que forzarme para hacer feliz a la gente o tengo que ser fiel a mi misma?


Primer plano de la artista LA PAINS en blanco y negro en 35 mm. Fotografia analógica.
LA PAINS. Granada. 2022. Foto: Dew Ariza

Otra cosa súper divertida de ser artista emergente, es el hecho de que gastas el 100% de tu tiempo “libre”, energía y dinero en tus proyectos y claro, la gente por lo general está acostumbrada a artistas más consagrados y con más presupuesto, que se pueden permitir estar sacando material o haciendo giras constantemente, sin embargo, para ti, artista emergente, hacer un EP de 6 canciones y 18 minutos supone 2 años de trabajo (y todos tus ahorros de esos 2 años). Cuando por fin pares el proyecto que tanto ha costado y al que ya casi le has cogido asco, viene la gente (con toda la buena fe del mundo) y te dice: “Oye, qué guay, ¿Y lo próximo para cuando?” (grita en artista emergente).

Y si en los días buenos te preguntas qué puedes hacer para llegar a más gente, publicas cosas en las redes para promocionarte, les recuerdas a tus seguidores todos tus trabajos pasados y haces hype para los futuros, etc. En los días malos (y yo personalmente tengo muchos de estos) es cuando toca preguntarse ¿Soy suficientemente buena? Quizás no llego a nada porque simplemente no sirvo, quizás estoy tirando todo este tiempo, dinero y energía en saco roto y realmente no merece la pena…


Primer plano de la artista LA PAINS en blanco y negro en 35 mm. Fotografia analógica.
LA PAINS. Karlstad, Suecia. 2023. Foto: Dew Ariza

Cuando las dudas te asalten, mi consejo es que te apoyes en la gente que te quiere, no pienses que su opinión vale menos solo porque te quieren y lo que es más importante déjate apoyar tu también. Es muy difícil estar todo el día trabajando y llegar a casa cansadísima para seguir con tu proyecto y es muy fácil perder la ilusión y dejar lo que estás haciendo a medias. Pero cuando te veas preguntándote si eres suficientemente buena, o por quién haces esto, o qué será lo próximo que harás, recuerda por qué empezaste a hacerlo, respeta todo lo que has hecho hasta el momento y, sobre todo, llévalo hasta el final. 



Comments


bottom of page